domingo, 4 de diciembre de 2011

SEGUNDO AVANCE

MARCO HISTÓRICO

Historia de la comprensión lectora

De acuerdo con María Eugenia Dubois (1991), que toma en cuenta los estudios sobre lectura publicados en los últimos cincuenta años, existen tres concepciones teóricas de acuerdo el proceso de lectura. La primera concibe la lectura como un conjunto de habilidades o como una mera transferencia de información. Esta teoría supone el conocimiento de las palabras como primer nivel de la lectura, seguido  de un segundo nivel que es la comprensión y un tercer nivel que es el de la evaluación. La comprensión se considera formada por diversos subniveles: la habilidad para comprender explícitamente lo dicho en el texto, la inferencia para comprender lo que está implícito y la lectura crítica o habilidad para evaluar la calidad de texto, las ideas y el propósito del autor. Según esta concepción, el lector comprende un texto cuando es capaz de extraer el significado que el mismo texto le ofrece. Lo cual implica aceptar que el sentido del texto está en las palabras y oraciones que lo componen y que el papel del lector consiste en descubrirlo.

La segunda considera que la lectura es el producto de la interacción entre el pensamiento y el lenguaje. Los avances de la psicolingüística y la psicología cognitiva a finales de la década del setenta consideraron la teoría de la lectura como un conjunto de habilidades. A partir de ese momento surge la teoría interactiva dentro de la cual se destacan el modelo psicolingüístico y la teoría del esquema. La cual señala que los lectores utilizan sus conocimientos previos para interactuar con el texto y construir significado. Kenneth Goodman líder del modelo psicolingüístico, parte de los siguientes supuestos: la lectura es un proceso del lenguaje, los lectores son usuarios del lenguaje, los conceptos y métodos linguísticos pueden explicar la lectura, nada de lo que hacen los lectores es accidental, todo es el resultado de su interacción del texto.

Frank Smith destaca el carácter interactivo del proceso de la lectura al afirmar que en la lectura se relacionan la información no visual que posee el lector con la información visual que tiene el texto. Y es ese proceso de interacción en el que el lector construye el sentido del texto.

El enfoque psicolingüístico señala que el sentido no está en las palabras que componen el mensaje escrito, sino en la mente del autor y en la del lector cuando reconstruye el texto en forma significativa para él.

La teoría de los esquemas explica cómo la información que tiene un texto se integra a los conocimientos previos del lector e influyen en su proceso de comprensión. La lectura como el proceso por medio del cual el lector trata de encontrar la configuración de esquemas apropiados para explicar el texto en cuestión. Los psicólogos constructivistas utilizaron el concepto del esquema para designar las estructuras cognoscitivas que se crean a partir de la experiencia previa. Según los teóricos un esquema es la red o categorías en la que se almacena en el cerebro lo que se aprende. De esta forma, el lector logra comprender un texto sólo cuando es capaz en su archivo mental la configuración de esquemas que le permiten explicar el texto de manera adecuada. Estos esquemas están en frecuente desarrollo y transformación. Cuando se recibe nueva información, los esquemas se reestructuran y se ajustan. Cada nueva información amplía y perfecciona el esquema existente. (Heimlich y Pittelman).

La tercera viene del campo de la literatura y fue desarrollada por Louise Rosenblatt en 1978. Esta autora adoptó el término transacción para indicar la relación doble, recíproca que se da entre el cognoscente y lo conocido. Su interés era hacer hincapié en el proceso recíproco que ocurre entre el lector y el texto.

Para Rosenblatt, la lectura es un momento especial en el tiempo que reúne un lector particular con un texto particular y en unas circunstancias también particulares que dan paso a la creación de lo que ella ha denominado un poema.  Dicho poema es diferente del texto escrito en el papel como del texto almacenado en la memoria. De acuerdo a su teoría el significado del nuevo texto es mayor que la suma de las partes en el cerebro del lector o en la página.

Importancia que se le ha dado en México a la enseñanza de la comprensión lectora

Según una entrevista a Margarita Gómez Palacios[1], señala que en México, en los años posrevolucionarios se dio una toma de conciencia de la necesidad que había de alfabetizar a niños y a los adultos. La definición de lectura hasta los años setenta estuvo muy centrada en el descifrado. Hacia 1974 se comenzaron a desarrollar algunas investigaciones sobre la calidad de la lectura, se propuso que no hay lectura si no existe comprensión del texto. Este planteamiento se realizó debido a la gran cantidad de niños que no lograban terminar la primaria. Se observó que uno de los problemas graves  era que no aprendían a leer y escribir convenientemente en el tiempo señalado, sobre todo al terminar el  primero y segundo  grados. El nivel de lectura de los alumnos no era aceptable, puesto que no sólo se deseaba que aprendieran a leer de manera mecánica, sino que comprendieran lo que estaban leyendo. Debido a lo anterior se despertó el interés por investigar y desarrollar materiales que sirvieran a los maestros para enseñar a leer comprensivamente. Se comenzaron a trabajar en forma experimental los programas IPALE y PALEM.  En cierta forma si hubo interés en nuestro país por desarrollar las capacidades lectoras de los niños, sin embargo Margarita Gómez Palacios señala que esto no ha hecho que se entienda lo que es la verdadera lectura y, hasta hace poco todavía se confundía esta habilidad como descifrado y no como comprensión lectora.

En varios lugares del país, y especialmente en Nuevo León se hicieron estudios sobre el proceso de adquisición de la lectura. Se encontró que los niños que no tenían no una preparación para iniciar la lectura y la escritura, que sus niveles de conceptualización eran muy bajos y éstos estaban muy relacionados con los niveles socioeconómicos. Los niños de un nivel socioeconómico alto tienen ejemplos en sus hogares de lo que es la lectura pues observan en sus padres las conductas y van desarrollando conocimientos que lo van a acercar de manera directa a lo que es el aprendizaje de la lectura. A partir de estas investigaciones se dio un cambio de estrategia, los programas que se habían iniciado para mejorar el aprendizaje de la lengua escrita se cambiaron a programas regulares. El PALEM cambió a PRONALEES que son las siglas del Programa Nacional para el Fortalecimiento de la Lectura y la Escritura. Este programa tiene como misión mejorar el aprendizaje de la escritura y de la lectura, se fundamenta en la concepción de la lectura como un sistema comprensivo, no en el descifrado, sino en la comprensión de la lectura y en la del niño de expresar por escrito sus ideas. Para lograr este propósito, se proyectó como un programa nacional. Lo cual ocasionó la necesidad de revisar los contenidos curriculares de la lengua en la escuela primaria, por lo que se hizo un programa nuevo que es el que actualmente está funcionando en los libros de texto gratuitos. Después, se realizó la elaboración de los libros de primero y segundo grados acompañados de los libros del maestro en los cuales se explica detenidamente cada una de las lecciones, el objetivo a alcanzar y los medios para lograrlo. El maestro tiene por primera vez apoyos para utilizar los materiales que recibe el niño.

La autora señala que PRONALEES no es un método, es una metodología que es fiel al proceso de adquisición de la lengua. Este programa no esta buscando la eficiencia mecánica de la lectura, sino lo que busca es básicamente el logro de la comprensión lectora y de esta manera, desarrollar un pensamiento lógico, desarrollar posibilidades de expresión oral y escrita, lograr que los alumnos aprendan a comunicarse y aprendan más que nada a pensar, aprendan a utilizar sus conocimientos.




MARCO CONCEPTUAL
¿Qué es leer?

Cuando se comprende un texto se construye su significado. El lector puede comprender porque realiza un importante esfuerzo cognitivo durante la lectura. Ese esfuerzo es el que permite hablar de la intervención de un lector activo, que procesa y atribuye significado a lo que esta escrito en una página. Atribuimos significado a lo que leemos y a esa atribución lo hacemos a partir de nuestros conocimientos previos, a partir de lo que ya sabemos, de lo que ya formaba parte de nuestra experiencia.

Solé señala que leer es comprender, comprender es un proceso de construcción de significados acerca del texto que pretendemos comprender. Como ya se mencionó es un proceso que implica la participación activa del lector, en la medida en que la comprensión que realiza no es un derivado de la recitación del contenido de que se trata. Por ello, es necesario que el lector encuentre sentido en efectuar el esfuerzo cognitivo que supone leer, lo que exige conocer qué va a leer, y para qué va a hacerlo; exige además disponer de recursos, tales como conocimiento previo relevante, confianza en las propias posibilidades del lector, disponibilidad  de ayudas necesarias, etc., que permitan la tarea con garantías de éxito; exige también que se sienta motivado y que su interés se mantenga a lo largo de la lectura.

“Leer es mucho más que poseer un rico caudal de estrategias y técnicas. Leer es sobre todo una actividad voluntaria y placentera, y enseñar a leer debe tener esto en cuenta. Los niños y los maestros deben estar motivados para aprender y enseñar a leer”[2]. Puede haber distintos lectores, con distinta motivación, expectativas y conocimientos respecto del tema de un texto. Un mismo texto puede ser abordado por varios lectores, sin embargo cada uno lo interpretará de acuerdo a su conocimiento previo, a los objetivos y a la motivación que siente hacia esa lectura. Para leer, cualquier lector necesita poder acceder al texto cuya lectura se ha convertido en objetivo. Para acceder al texto se requiere acceder a su código. Weiss señala que facilitar a los niños el acceso al código es facilitarles estrategias autónomas de exploración del universo escrito.

Isabel Solé señala que el problema en la escuela no se sitúa a nivel del método, sino en la conceptualización misma de lo que es la lectura, de cómo la valoran los profesores, de los medios que se utilizan para favorecerla, y por supuesto, de las propuestas metodológicas que se adoptan para enseñarla. Se sabe que las intervenciones a enseñar estrategias de comprensión lectora, como por ejemplo: activar el conocimiento previo, establecer objetivos de lectura, clarificar dudas, predecir, establecer inferencias, autocuestionar, resumir, sintetizar, etc., son muy poco utilizadas en la escuela primaria , además que una estrategia de evaluación, como la respuesta a preguntas sobre el texto leído, reemplaza su enseñanza.

El papel de las estrategias en la lectura

Desde el punto de vista constructivista se acepta que cuando se posee una habilidad razonable para la descodificación, la comprensión de lo que se lee es producto de tres condiciones:
1.    De la claridad y coherencia del contenido de los textos, de que su estructura resulte familiar o conocida, y de que su léxico, sintaxis y cohesión interna posean un nivel aceptable.
2.    Del grado en que el conocimiento previo del lector sea pertinente para el contenido del texto.
3.    De las estrategias que el lector utiliza para intensificar la comprensión y el recuerdo de lo que lee, así como para detectar y compensar los posibles errores o fallos de comprensión.

“Es necesario enseñar estrategias de comprensión porque como docentes queremos hacer lectores autónomos, capaces de enfrentarse de manera inteligente a textos de muy distinta índole. Esos textos pueden ser difíciles, por lo creativos o porque estén mal escritos. Hacer lectores autónomos significa también hacer lectores capaces de aprender a partir de los textos”[3]. Para ello, quien lee debe ser capaz de interrogarse acerca de su propia comprensión, establecer relaciones entre lo que lee y lo que forma parte de su acervo personal, cuestionar su conocimiento y modificarlo, establecer generalizaciones que permitan transferir lo aprendido a otros contextos distintos.

Las estrategias que vamos a enseñar deben permitir al alumno la planificación de la tarea general de lectura y su propia ubicación ante ella; facilitarán la comprobación, la revisión y el control de lo que se lee, y la toma de decisiones adecuada en función de los objetivos que se persigan. Es fundamental que estemos de acuerdo en que lo que queremos no son alumnos que posean amplios repertorios de estrategias, sino que sepan utilizar las estrategias adecuadas para la comprensión del texto. Palincsar y Brown (1984) sugieren que las actividades cognitivas que deberán ser activadas o fomentadas las estrategias son las siguientes:

·         Comprender los propósitos explícitos e implícitos de la lectura. Lo cual equivale a responder a las preguntas: ¿Qué tengo que leer? ¿por qué y para qué tengo que leerlo?
·         Activar y aportar a la lectura los conocimientos previos pertinentes para el contenido de que se trate. ¿Qué sé acerca del contenido del texto?
·         Dirigir la atención a lo que resulta fundamental. ¿Cuál es la información esencial que el texto proporciona y que es necesaria para lograr mi objetivo de lectura?
·         Evaluar la consistencia interna del contenido que expresa el texto y su compatibilidad con el conocimiento previo. ¿Tiene sentido este texto?
·         Comprobar continuamente si la comprensión tiene lugar mediante la revisión y recapitulación periódica. ¿Qué se pretendía explicar en este párrafo?


[1] educación.jalisco.gob.mx 25 de julio del 2005
[2] Solé Isabel. Estrategias de lectura. Ed. GRAO, España.pág. 87
[3] Ibídem. Pág. 61

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